La historia tras la salitrera de Humberstone



Humberstone, la otrora bulliciosa ciudad del norte de Chile que basó su prosperidad en el negocio del salitre, parece congelada en el tiempo. Al igual que otras muchas localidades del desierto de Atacama, solo le queda la leyenda que la ha convertido en patrimonio de la humanidad.
Destino turístico en la región de Tarapacá, a unos 1200 kms al norte de Santiago, Humberstone es un museo a cielo abierto. Lleva el nombre del ingeniero químico inglés James Humberstone, "Don Santiago", quien hizo fortuna con el salitre, muy apreciado a finales del siglo XIX y principios del XX como fertilizante en las tierras agrícolas del continente americano y europeo.
Maquinaria, viviendas, vestigios de uno de los más modernos ferrocarriles de la época, una escuela y hasta un teatro han sobrevivido en esta ciudad fantasma desde que sus últimos habitantes la desertaran definitivamente en 1959.
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Salitreras de Humberstone .
Ocasionalmente fue ocupada en la década de los 70 por trabajadores de otras minas, pero desde que Unesco la convirtió en patrimonio de la Humanidad en 2005, solo los guardias de seguridad que vigilan su preservación viven aquí.
- La crisis del 1929 -
Fundada en 1872 como oficina salitrera bajo el nombre de La Palma, cerró sus puertas con la depresión del 1929 y reabrió de nuevo cinco años más tarde con el nombre actual.
"Cientos de oficinas salitreras cerraron por la crisis económica (de 1929). Ya no era rentable el salitre natural. Hacia 1955 cerraron prácticamente todas las oficinas del cantón. En 1956 se retiró la plana mayor de Humberstone y al final del 1959, prácticamente, se fue todo el mundo", explica a la AFP Georgina Pastene, encargada de sitios en la oficina de Humberstone.
Junto con la vecina Santa Laura, que ha sabido preservar mejor las áreas industriales, Humberstone es de las ciudades que crecieron en el desierto al calor del negocio del salitre y de las que mejor y más íntegramente ha sobrevivido al paso del tiempo, al abandono y a los saqueos.
Llegó a tener 3.700 habitantes, una ciudad con todo tipo de servicios como escuela o teatro. Lo único que no había era cementerio ni registro civil, que estaban en Pozo al Monte.
Aquí la vida estaba bien ordenada. Había un sector para directivos, otro para obreros; y los casados, que vivían con su esposa e hijos, y los solteros no se mezclaban.
"Tenía que haber una disciplina porque sino sería un desastre", dice Pastene.
La extracción del salitre llegó a dar empleo a 65.000 personas. Chilenos, peruanos y bolivianos convivían en estos lugares inhóspitos, cuya riqueza estaba principalmente en manos de compañías mineras de capital británico.


Los yacimientos de Humberstone y Santa Laura estaban intercomunicados por un moderno sistema de ferrocarril, reflejo del progreso tecnológico de la era industrial y del desarrollo del comercio mundial.
Movimientos sociales 
En estos centros de trabajo, situados en uno de los lugares más inhóspitos del planeta por su sequedad y aislamiento, se formó la cultura comunitaria de los pampinos, caracterizada por su creatividad, la riqueza de su expresión lingüística, los vínculos solidarios entre sus miembros y su lucha precursora por la justicia social, que dejaría una honda huella en la historia de los movimientos sociales, asegura UNESCO.
El nitrato de sodio, que al igual que el yodo -el otro gran derivado del caliche, la rica capa del desierto, que se extraía del yacimiento más grande del mundo-, no sólo transformó la agricultura en todo el continente americano y europeo, sino que proporcionó a Chile una riqueza sin parangón.
Santa Laura conserva prácticamente intactas las instalaciones industriales de la época para procesar el salitre y el yodo, producir energía y hasta el centro administrativo y la plaza principal.





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